Enorme, enorme, enorme el concierto de Ben Kweller el pasado
jueves en Barcelona. El tejano derrochó simpatía y una energía positiva en el
escenario que se agradece en los tiempos que corren. Gran parte del show transcurrió
con Kweller solo con su acústica o al piano manteniendo una sorprendente
actitud punk mientras los temas iban cayendo, con especial predilección por los
de sus discos On My Way y Sha Sha. Evidentemente no faltaron las pegadizas
canciones de su último trabajo, Go Fly A Kite, donde destacó una espléndida «Mean
To Me». Y es que a pesar de su todavía corta discografía, con apenas cinco LPs
a sus espaldas, al de Greenville no le hizo falta ni siquiera tirar del clásico
recurso de las versiones. Bromeó con el público, al que incluso le
pidió que le ayudara a recordar la letra de algún tema, cosa que la gente hizo
encantada mientras él iba a buscando inesperados ayudantes. Se subió a cuatro o
cinco asistentes para que con sus llaves le hicieran la percusión, y explicó
como gracias a su mujer, argentina de origen, se vio convertido en “Benjamín
Kueyyer” (léase con acento argentino). Agradecido tras hora y tres cuartos de
actuación, acabó casi saliendo en bolandas mientras no paraba de firmar discos
y hacerse fotos con un público totalmente entregado. Hay quien vio un concierto
de powerpop. Otros vieron country-rock acelerado. Otros punk-pop. Algunos
incluso Indie. Y muchos rock and roll. Aunque lo que está más claro es que
todos salimos encantados y con el corazón rendido a este simpático músico al
que solo le pedimos que no se haga tanto de rogar por estos lares ¡y eso que no
tocó «Fight»!
Sonando: Mean To Me de Ben Kweller
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