El sábado fui a un concierto de esos que uno tarda mucho tiempo en olvidar. Va a estar en mi lista de los mejores del año, seguro. Pine Hill Haints. La banda de Alabama superó, incluso, su anterior visita para obsequiarnos a todos los que nos habíamos acercado al Rocksound con una noche de genuina música americana de sabor añejo. La banda no estaba al completo, faltaban un par de miembros con especial relevancia del acordeonista Jon Lucious. Pero los que estaban lo bordaron. De hecho, antes de empezar ya saqueé el puesto de merchandising. Además, merece mención destacada. Muy buen material, muchos vinilos, singles, camisetas, libros, chapas, llaveros....Joder, eso es un merch, leches...Además empezó a venderlo la encantadora Kat Barrier, que luego se encargaría de la washboard. Y lo mejor, los precios. Lo más caro valía 10 pavos. Pero vamos al lío. El bolo. Inconmensurables. Se salieron. Acabaron desgañitándose en medio de la sala, sin micros al grito de “nobody without song”. Qué manera de tocar. Qué manera de ganarse a la gente. Ni un bajón. Tocando de todo y todo bien. Calypso, Bluegrass, Folk, Hillbilly, Vals, Country…Y es que esta banda es la leche, os lo aseguro, la leche pero merengada. Salir de una sala con esa sensación de haber vivido algo tan grande no tiene precio. Difícil lo tendrán esta semana Marah y Delta Saints. A Quique no lo incluyo, que lo suyo es otra cosa…
Sonando: Spirit of 1812 de Pine Hill Haints
1 comentario:
¡Que doble cartel harían con los Sadies! The Pine Hill Haints son enormísimos, en Madrid (y van dos) lo bordaron.
Saludos!
Publicar un comentario