Nacido como William Borsay en 1953, Deville es una figura clave para entender la explosión punk de los 70 en la ciudad de Nueva York. Empezó su carrera trasladándose a Londres y después a San Francisco, en busca del éxito. Es en la ciudad californiana donde montará la primera encarnación de Mink Deville. Cuando en 1975 el punk revienta en las calles neoyorquinas el amigo Willy lo tiene claro y traslada allí a toda su banda. Se hacen residentes del CBGB junto a gente como los Ramones y aparecen en múltiples recopilatorios de la escena local. Jack Nietszche les echa el ojo y los contrata para Capitol. Lo más difícil está hecho. A partir de ahí, los éxitos, aunque comedidos, se suceden. A su primer disco Cabretta, de 1977, le sucede un año después Return to Magenta. Pero no es suficiente. Capitol esperaba mucho más que un grupo con buenas críticas y reconocido a nivel underground. Y Deville también. Quizá por eso decide cargarse a la banda y se va a París. Una ciudad que él mismo define como “la hembra perfecta. La ciudad de la absenta, Picasso o Montmartre”. En la capital francesa grabará su primera obra maestra, Le Chat Blue. Un disco que cabreará a Capitol y acabará con Deville firmando con Atlantic gracias a la confianza depositada en él por Ahmet Ertegun. Y allí llega otra obra maestra, Coup de Grace.
Sus problemas con la heroína no impiden que sus discos sean cada vez mejores. Pero el patinazo llega con el siguiente disco, Sportin Life. Todo sigue sin funcionar. Recapacita y ve que es el único miembro original que queda en Mink Deville y decide empezar a sacar discos con su nombre. El primero de ellos es Miracle, producido por Mark Knopfler y grabado en Londres. Deville está en un momento extraño pero su capacidad creativa sigue intacta. Pero es el año 1988 cuando su carrera sufrirá el cambio más importante a nivel musical. Y eso se explica con el traslado de Nueva York a Nueva Orleans, la ciudad más europea de todos los States. Su sonido cambiará y se hará reconocible al 100x100 con discos como Victory Mixture, Backstreets of Desire (mi favorito y que compré en vinilo, en 1992 en la desaparecida Discos Balada), Big Easy Fantasy o Loup Garou, entre otros. A día de hoy su último disco es Pistola, de 2008, pero espero que hayan más, muchos más. El pirata lo merece. Y nuestra discografía también.
Sonando: I call your name de Willy Deville
3 comentarios:
Una penosa noticia,espero que pueda salvarse,enfin un gran musico,siempre,que buenos como Mink DeVille.Tuve la suerte de verle hace años y fue un show espectacular.
saludos
Un grande. Con todas las letras. Ojalá tenga suerte aunque, como dice Edu Chinaski, la cosa pinta muy mal. Un saludo.
MANEL
si,pero a partir de backstrets lo deje de seguir ,se repetia o quizas es q yo me canse.
saludos
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