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Chris Isaak tiene nuevo disco.
Mr.Lucky se llama. Y tan fantástico como cabría esperar de un tipo con su clase. Innata clase. Yo entré en su música cuando iba al Instituto. Vamos, que hace como 15 años. Un compañero, del que curiosamente recuerdo el nombre, Jordi Lardín, me pasó el disco
Heart Shaped World, grabado en una cinta TDK de 60. Como Dios y la época mandaban. Era 1990. El disco en sí tenía el acicate de contener «Wicked Game». Una canción cuyo video repetía una y otra vez la MTV. En 1993 me compré
San Francisco Day, en CD y caí rendido. Cuanto saber estar. Qué manera de cantar. Qué canciones. Lo más parecido a la clase de Elvis pero trasladada a la época del grunge. Al lado de melenudos con camisas de franela de cuadros (que a mí me encantaban), la elegancia y el tupé perfectamente peinado de un tipo a medio camino entre James Dean y Gene Vincent. Pero con una voz casi tan deliciosa como la de Roy Orbison. Su lugar entre mis favoritos lo tenía ganado. En 1995 llega
Forever Blue con su «Baby did a bad, bad thing» por bandera. Junto a
Ten, de Pearl Jam, mi disco favorito del primer lustro de esa década.
A partir de ahí, he seguido de cerca la carrera de Chris. En películas como
The Wonders,
El pequeño Buda o
El silencio de los corderos. En series como
Twin Peaks. Y en programas televisivos como su propio
The Chris Isaak Show. Nunca me ha defraudado. Y ahora tampoco.
Mr.Lucky es soberbio. Savoir faire. Mucho savoir faire. Excelentes canciones aunque pueda nos gustarnos el nombre de algún invitado. Olvídalo. Cierra los ojos. Imagínate en un cadillac mascando tabaco, por la ruta 66 y con tu chica en el asiento de al lado. Este primer disco de Isaac en 7 años puede ser una buena banda sonora.
Sonando:
Cheater’s Town de Chris Isaak