DPND: Counting Crows – August And Everything After

Hay discos que empalidecen ante el éxito de una de sus canciones. No sé muy bien cómo llamar a ese efecto. Quizá el efecto hit. Uno de esos discos es el protagonista hoy de nuestros Discos Para No Deprimirse.

El 14 de febrero de 1993 la banda de Berkeley, California, Counting Crows edita su primer disco, August And Everything After. Un álbum casi perfecto que muestra todo lo que puede dar el nuevo rock americano: desde temas acelerados hasta intensas baladas. Una banda destinada a hacer saltar por los aires la MTV con el videoclip de su primer single «Mr.Jones», una de esas canciones redonda que sólo se dan cuando determinadas estrellas se alinean y entran en conjunción. La adicción de la canción es innegable, la atracción hype con sus rastas al aire de su cantante Adam Duritz es ideal para la televisión, y el single sube como la espuma hasta el puesto número 2 de las listas. Fue la fuerza de ese tema la que llevó al disco completo al mismo puesto de Billboard, el 2, aunque hoy poca gente recuerde el resto de sus canciones.

Yo me obsesioné con una de ellas. Estaba haciendo la mili, algo que muchos ya ni saben lo que es. Y «Omaha» me despertaba cada mañana. Era mi forma de encarar el día con buen rollo. “Omahaaaaaa, somewhere in middle America…”. Pero ahí había más. Las canciones eran tan simples que eran soberbias, y han soportado en perfecto estado el paso del tiempo. Quizá por eso gente como Gary Louris, Mark Olson o Maria McKee prestan sus voces al disco. Por «Perfect Blue Buildings» o por «Anna Begins». Por «Rain King» o por «Round Here». Fue un disco de éxito, sí. Y muchos reniegan por él de eso. Pero también fue un gran álbum de nuevo rock americano.

Sonando: Ghost Train de Counting Crows