Descubrí a Ken Will Morton en 2008, con el disco The Devil in Me. Cuando investigué sobre
él, descubrí que era otro músico nacido en Athens. Uno más. Como R.E.M., B-52’s,
Widesprad Panic o Drive By Truckers, por citar solo unos pocos. Sin embargo su
música me recordaba a alguien de Minnesota. Hablo, claro, de Paul Westerberg. Recuerdo
tardes enteras repitiendo en bucle la canción «Alcohol» y pensando que parecía
el eslabón perdido de la carrera del líder de los Replacements.
Reconozco que fue algo fugaz. Tras ese disco perdí la pista
a Morton y hasta hace apenas unos días no ha vuelto a aparecer su nombre en mi “mente
discográfica”. Lo ha hecho por la publicación de un nuevo disco, Slow Burn. Entre medio parece que ha
publicado un par más de los que no puedo hablar por desconocimiento. Pero sí puedo
hacerlo de este último, que me ha hecho recuperar a aquel artista fresco a
medio camino entre el rock americano y el rock universitario. Canciones simples
y pegadizas, asegurando sin rubor que “no
hay lugar para un hombre sensible” en un disco melodioso y sensible. Sin
estridencias. Pero plagado de buenas canciones como «Like a river» o «Asshole»,
y que se me antoja mejor, en conjunto, que aquel ya lejano The Devil In Me. Y es que siempre es un placer reencontrarse con
viejos conocidos.
Sonando: Lady Luck
de Ken Will Morton
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