Hoy acababa mi contrato de trabajo y, casi al mismo tiempo, me han confirmado que empiezo a trabajar en otro sitio con unas expectativas muy buenas. La verdad es que mi suerte cambió, está claro. Siempre me había considerado alguien que, en líneas generales, tenía mala suerte. Eso me ayudaba, incluso, a hacer canciones. Y apareció ella. Y más que cambiarme la suerte es que ella se ha convertido en mi suerte, sin más. Desde entonces todo me va mejor. Ella es alguien con suerte y estar a su lado hace que, por extensión, esta me acoja en su halo. Me ha enseñado a pensar de otra manera, mucho más positivo en todo y, sobre odo, ha llenado de felicidad y buenos momentos todos los segundos que pasamos juntos. Quien ha salido perdiendo han sido mis canciones, pero todo a cambio de esta sensación de paz y tranquilidad. A veces, en la vida, es suficiente con prestarle atención a los pequeños detalles para conseguir ser un poquito más feliz. Cosas que pasarías por alto, que a priori no tienen importancia, pueden colaborar a hacerlo todo un poquito más fácil. A veces la mente se enturbia, se obceca y se empeña en pasarlo mal. Entonces es cuando necesitas a alguien a tu lado que sepa darte un coscorrón, cuando sea necesario, y, sobre todo, hacerte ver que sufrir inútilmente es desperdiciar buenos momentos. Ella es lo más importante para mi, sin duda. Porque lo llena todo, porque sabe reir, mucho, y sabe llorar. Ella me despertó y yo me siento a gusto despertando junto a ella. por eso pienso quedarme siempre a su lado.
Sonando: Love Me Two Times de The Doors
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