jueves, abril 24, 2014

Secret Sisters, no solo acaban canciones de Bob Dylan...



Laura y Lydia Rogers son las Secret Sisters. Desde su debut, en 2010, se les colgó rápidamente la etiqueta de versión femenina de los Everly Brothers. La cosa estaba cantada. Dos hermanas tocando música de raíces y haciendo juegos vocales. Y  no les fue mal, el disco recibió buenas críticas y el hecho de que se atrevieran a versionar a Frank Sinatra consiguió que la crítica aún se fijara más en ellas. 

Y para su segundo álbum se han guardado un disparo más certero, si cabe. Porque las Rogers, bajo la supervisión de T Bone Burnett han acabado una canción que Bob Dylan nunca terminó en los 80 y que responde al título de «Dirty Lie». Y el tema es un auténtico tiro. Aseguran que la finalizaron en un par de horas y que buscaban reflejar el ambiente de los clubes nocturnos de jazz de los 50. Y doy fe de que lo han conseguido. Además, el propio Dylan dio su aprobación al resultado de un tema que se ha convertido en el centro de un disco espléndido. Porque las chicas van más allá de la roots music y apuestan por nuevas sonoridades y arriesgados ritmos que espantarán a los más puristas. Por algo Jack White fue el primero en fijarse en ellas y les editó a través de Third Man Records un single hace unos meses.  Porque tienen algo que las hace diferentes. Algo que te lleva a la hipnosis con unas voces que huyen de las clásicas armonías para hacer algo menos habitual. Si en su debut se atrevían con el citado Sinatra, Buck Owens, George Jones o Bill Monroe, entre otros, aquí arrancan el disco con algo más contemporáneo y bordan «Rattle my bones» escrita por la deliciosa Brandi Carlile. Aunque es sólo un guiño, porque lejos de repetir fórmula y volver a hacer un disco prácticamente de versiones, en Put you needle down dominan los temas propios, y eso es de agradecer. Porque «Luka» o «I cannot find away» (¿la imaginan cantada Por Roy Orbison?), por ejemplo, son muy buenas canciones. Y porque tiempo hay de versionar a PJ Harvey en «The Pocket Knife» o volverse a dejar ayudar por Carlile en «Bad habbit» que componen a medias. Y es que son buenas, originales y suenan bien. Si encima Burnett hace el resto con una impecable producción que recuerda ligeramente a Daniel Lanois la cosa está clara. Discazo al canto.

Sonando: Black and blue de Secret Sisters

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