Acabo de hacerme con un par de discos que no tenía de Johnny Cash, un directo en el 71 en el Madison Square Garden y un disco de duetos con June. Eso me ha llevado a reflexionar sobra la influencia que últimamente ha generado el hombre de negro en mi vida. Cash se ha puesto casi a la altura de Dylan en mis preferencias musicales. Quizá un peldaño por debajo, porque el tío Bob es muy grande pero, sin duda, lo tengo ya a la altura de otros mitos de mi vida como Elvis o Tom Waits, y por encima de Neil Young, Tom Petty o Steve Earle (también entre mis tótems). Por eso me hace especial ilusión que una de las covers que hagamos Los Hijos Bastardos De Henry Chinaski sea "Folsom Prison Blues" de Cash y otra sea "The Man In Me" de Dylan. Cash era firme, duro, realista y enérgico. Dylan punzante, metafórico, inteligente y cínico. Grandes entre los grandes, casi diría inmensos, supremos, insuperables, inalcanzables.
Sonando: Cocaine Blues de Johnny Cash
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