A falta de un comentario sobre el concierto de Bob Dylan, propiamente, decir que hemos vuelto encantados de una ciudad fantástica como es Donosti. Realmente nos encontramos con una de las ciudades más bonitas del país, a lo que hay que sumar la amabilidad de sus gentes. A todo ello, también debemos añadir su excelente gastronomía, evidentemente reflejada en unos pinchos que Raquel y yo decidimos probar uno por uno cosa que, evidentemente, no conseguimos ni de lejos. Si a todo ello le sumamos el txakolí pues ya puedes imaginar lo contentos que estuvimos las dos noches que pasamos en Euskadi. Mañana hablaré de Bob Dylan. Hoy estoy muy cansado.
Sonando: Hello From Venus de Screamin'Cheetah Wheelies
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