Vamos allá. Bob Dylan estuvo en Donosti sobrio, como era de esperar pero con una pedazo de banda que no la tumbaba ni el mal sonido que reinó todo el concierto. La verdad es que el que sonorizó el bajo se quedó descansado y mucho. Como siempre, el genio de Duluth, ha vuelto a reinventarse. Ahora la imagen de Mr. Bob ya no es la de un rockero con la guitarra al hombro (de sobras son conocidos sus problemas de espalda) sino la de un crooner que utiliza el piano como medio de transmisión. Dylan rockea, mueve sus caderas pero nunca mira al público aunque, en esta ocasión decidió hacer una concesión y depedirse con los dos dedos índices al aire. En cuanto al repertorio, impecable. Nadie en este mundo puede superar un bis formado por dos temas tan grandes como "All Along The Watchtower" y "Like A Rolling Stone". Del resto del concierto me quedo con una fantástica versión de "Summer Days", con la sorprendente "Maggie's Farm" utilizada para empezar y con una curiosa versión de uno de mis favoritos de siempre, "Don't Think Twice It's Alright". El viejo Bob ya nos tiene esperando su nueva entrega. La cita a finales de agosto y su nombre, "Modern Times".
Sonando: Ring of Fire de Johnny Cash y Bob Dylan
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