miércoles, junio 20, 2018

Ronnie Spector, un mito en Barceona



Los conciertos de las viejas glorias – que Ronnie me perdone - puedes tomártelos de dos maneras. O bien te empeñas en analizarlos como una actuación normal, tirando de checklist básico (banda, puesta en escena, ambiente, actitud, etc), o bien te metes en el concepto del espectáculo y en lo que vas a ver, disfrutando de ello. Los que optaron por la primera opción, entendiendo que ir a ver a Ronnie Spector como si de un artista cualquiera se tratara, probablemente encontrarán peros a su actuación. El resto, no. Ronnie hizo, ni más ni menos, que lo que se puede esperar de ella a sus 74 años. Cantó sus canciones con una más que aceptable capacidad vocal, que solo empezó a resentirse ligeramente al final de la actuación. Escogió un repertorio que hubiera firmado cualquiera de sus fans. Y se hizo acompañar de una banda más que competente con Jeremy Chatzky (Laura Cantrell, Bruce Springsteen) al bajo o Dennis Diken (The Smithereens) a la batería.

Veronica “Ronnie” Bennet no está para aguantar un concierto completo, eso también quedó claro. La cantante tenía una silla dispuesta en el escenario desde la que, además de descansar entre temas y tema nos contaba historias que tenían que ver con Frankie Lymon, The Rolling Stones, Johnny Thunders o Joey Ramone, mientras se abanicaba y se proyectaban imágenes de los referenciados o unas Ronettes en pleno momento de auge. Además, aprovechó hasta en tres ocasiones, largos desarrollos instrumentales, o el dar protagonismo a sus coristas –perdonen si no las llamo Ronettes – para incluso abandonar el escenario. Aunque eso dio igual cuando se enfrentó al “Because” de Dave Clark Five, al “Don’t worry baby” de los Beach Boys, al “Back to black” de Amy Winehouse o al “You can't put your arms around a memory”, porque ahí la magia se sentía. Tuvo tiempo de llorar literalmente a su hermana Estelle con "How can you mend a broken heart" y, por supuesto, lo puso todo patas arriba cuando cerró con “Be my baby”, antes de un bis de despedida en la que, como mito que es, se fue dando la mano a todo el que quiso acercársele. Es Ronnie Spector, probablemente una de las cinco voces femeninas más importantes de la historia de la música, y yo la vi cantando sobre un escenario. Así que dejen que me sienta un privilegiado. Y en Barcelona muchos más no hay, viendo la incomprensible escasa respuesta del público.

Publicado en Efe Eme

Sonando: Don't Worry Baby de The Beach Boys

Foto: Frank Domenech

No hay comentarios: