“Qué talento tiene Ryan Adams” me decía mi amigo Quique González el
otro día mientras nos comíamos una espléndida paella de verduras en l’Escribà
de la playa de Bogatell. Y no puedo estar más de acuerdo. Ya pueden empezar a
arrepentirse aquellos que no quisieron gastarse doce dólares en comprar 1984, su flamante 7” (a la espera de su
homónimo disco) por el que se empiezan a pagar cifras de hasta 300. Nada menos
que 10 vitamínicos temas en un 7”que rinde homenaje al punk, estilo por el que
Adams siempre ha sentido predilección, y en especial a “los primeros lanzamientos de Dischord SST y Touch & Go”. Por
eso los nombres de Minor Threat, Fugazzi, Black Flagg o The Avengers tienen que
venirse necesariamente a tu mente cuando oyes un disco que, ojo, despistará a
los que entienden al de Jacksonville solo como un divo del rock americano
alternativo. Seguro que a su amigo Jesse Malin le ha encantado, y a mí también.
Sonando: Broken Eyes de Ryan Adams
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