viernes, septiembre 02, 2011

Los Caballeros de la Mesa Redonda

La forma de escuchar música ha cambiado. Sé que no es un descubrimiento para nadie pero tenía ganas de hacer una reflexión sobre ello. El otro día hablábamos de eso con el señor Dedos Pegajosos. Él es de una estirpe cada vez más rara: la de los que no saben descargarse un disco, nunca han abierto soulseek, no saben qué es megaupload y ni siquiera han visto la pantalla inicial de Spotify. La verdad es que él lo soluciona conmigo, que le hago de dealer (aunque ambos somos intrépidos compradores de discos de manera compulsiva), pero tampoco creo que se muriera sin lo que yo le voy pasando. “He amenazado” varias veces con enseñarle esas nuevas tecnologías, pero él me decía que aunque al final aprenderá, se resiste porque realmente no quiere hacerlo. Es de los caballeros de la mesa redonda rutera. Las últimas huestes. Y hay más de uno. Coco es el Rey Arturo y el maestro Ranedo su Lancelot particular. Éste proponía en el último Azkena que un disco descargado no se pudiera reseñar en el Ruta. Había que tenerlo. Y no me parece descabellado.

Ellos no saben descargar ni escuchar en streaming y no quieren saberlo. Defienden la escucha del disco como antes. Tienen la impresión (real) de que los discos no se escuchan tanto, no se exprimen, y eso es una pena. Es el problema del exceso de información y acceso. Yo soy de los que escucho mucho. Y él me decía “¡joder! Hay discos que escuchamos dos veces” y tiene toda la razón. Y eso quizá haga que incluso cambie la forma de hacer música ¿Los artistas deberán optar por discos más inmediatos? ¿Perderemos obras de esas que se te van metiendo poco a poco dentro? También sería una lástima, pero los músicos están en todo su derecho de adaptarse al cambio. En el fondo, los cabrones somos nosotros porque nos atrevemos a “descartar” en una sola escucha de menos de una hora el trabajo que ellos han estado realizando, probablemente, meses ¿quién narices nos creemos? Y los peores, los críticos. Tendré que empezar a aceptar que lo soy. Osamos a opinar sobre ellos en pocas escuchas. A veces obligados por el apremio editorial pero muchas otras, simplemente, porque queremos pasar a otro. Yo ayer me rebelé. Por culpa del de los deditos metidos en mermelada. Me puse un disco cuatro veces seguidas. No recuerdo cuanto tiempo hacía que no optaba por escuchar un disco de esa manera. Y no saben cómo lo disfruté. Hoy vuelve a sonar. Los tiempos están cambiando, que decía el profeta, pero igual no hace falta que cambien tanto…

Sonando: Stoplight Roses de Nick Lowe

8 comentarios:

Jordi del Rio dijo...

Como ya comentamos el otro día, yo soy de los que macahaco bastante los discos, pero tal y como señalas hay tal exceso de lanzamientos que cuesta llegar a todos y apreciralos en su justa medida
Saludos

Anónimo dijo...

Creo que no es un problema de "exceso de lanzamientos" (que también) sino de "exceso de facilidad" para tener acceso a esas lanzamientos. Muchos de ellos irrelevantes, otros, los menos, altamente recomendables.

Un saludo.

Dani.

manel dijo...

El aterno dilema...Pero la razón está del lado de los talibanes. Ya no exprimimos los discos como antes. Y así es como debería ser...Tiempos Modernos que decían Chaplin y Dylan...Saludos.

lenoreanabel dijo...

Alabas sean tus palabras, vivas las escuchas múltiples, yo plancho los disco hasta la extenuación, ese placer no me lo va a quitar nadie.

saludos.

lenoreanabel dijo...

Ups, Alabadas quería decir. :-)

sanfreebird72 dijo...

Qué más se puede añadir Edu. De jovencito, sin internet, podía escuchar los discos un montón de veces. Incluso aquellos que no me gustaban, tras insitir e insistir, zas, te acababan entrando salvo escasas excepciones (muy contadas con los dedos de una mano). Ahora por falta de tiempo más que por exceso de oferta (casi ni descargo) he vuelto a saborear mucho más la música, en vinilo claro está, pero una cuenta premium en spotify es un gustazo para salir por la calle con música o no pifiarla antes de una compra (que las novedades en vinilo son caras).
Saludos
See you on Sadies!

Elhijodelcaminante dijo...

Tuve un profesor de música en 2º de BUP que decia que el problema no era si la música nos gustaba, el problema era si la habíamos oido lo suficiente como para que nos gustase. Yo, hace ya años, me propuse una tontería: un disco por semana. No conozco todo, cierto, pero conozco lo que he oido.

AntonioR dijo...

Es la ansiedad constante por encontrar el efecto inmediato, el placer lo más rápido posible (un mal de la sociedad actual). Ante tal cantidad de descargas que podemos hacer al día a priori interesante, desechamos aquel que no crea la sensación inmediata. Una pena, podríamos haber desechado a grupos, si hubieran nacido ahora, como: Velvet Underground, Pink Floyd, Captain Beefheart...