Finalmente, como ya dije por aquí, opté por elegir la biografía no autorizada de Keith Richards como mi libro de verano, dejando de lado
Las ovejas de Glenkill. Y ahora me ha pasado lo que me suele pasar cuando dejo un libro apartado, sea cual se el motivo. Y es que luego debo esperar, de nuevo, a que me apetezca leerlo. Y nunca suele ser a continuación. Pues eso es lo que ha pasado, una vez más, y por ello me he inclinado por el libro de Groucho Marx que me faltaba por leer:
Memorias de un amante sarnoso. Una selección de relatos en forma de autobiografía que, la verdad, me hacen reir mucho. Groucho era un genio y no sólo lo demostró en sus películas sino también en su cosecha literaria. Son libros de fácil lectura, rápida incluso, pero llenos de ingeniosas ocurrencias que, por lo menos a un servidor, le hacen mucha gracia.
Por cierto y aunque no venga a cuento, confirmo que el disco de Tom Russell con Calexico como banda es soberbio. Una auténtica maravilla. Seguro que estará entre mis diez favoritos del año.
Sonando: Es todo lo que tengo y es todo lo que hay de Lisandro Aristimuño
3 comentarios:
ok, me lo apunto, pero las ovejas de Glenkill, son peculiares y el libro esta muy bien.De Calexico, no conozco, asi que tambien tomare una nota.
Viva Freedonia!
Sí, las ovejitas son peculiares, je,je.....
y que viva Freedonia.....
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