Ayer hubo ensayo. El primero mío, con banda, en bastante tiempo. Los Hijos Bastardos de Henry Chinaski arrancamos, de manera definitiva, un proyecto que ahora tiene mejor pinta aún. Un soberbio Santi Campos y unos no menos excelentes Joe Traveller, David Martínez y Willy Tornado me hicieron sentir, de nuevo, un cantante de rock. Después de algún tiempo dedicado a otras facetas más acústicas, volver a sonar con una banda detrás me hizo sentir bien, muy bien. Todo fluyó y la banda estuvo a gusto. Salimos encantados del ensayo como demostraban los excitados comentarios de los próximos pasos que se iban a dar. Parece que hay buenas perspectivas en cuanto a la compañía que publicará el disco. De eso ya hablaremos cuando se confirme. Santi se encargará del artwork y de completar lo que hicimos ayer con un par de excelentes canciones que seguro que nos harán crecer aún más. Tras el ensayo, cuando llegamos a casa, creo que Rakel sólo tuvo que mirarnos la cara a Santi y a mi. Habíamos disfrutado y a mi me quedaba aún la emoción de contárselo todo a ella. Porque ella también es una parte de este proyecto por ser quien me empujó a ponerle ganas y a no tirar la toalla ante las dificultades evidentes de tener una banda con alguien que vive a 600 kilómetros. Y más si es tan importante como Santi. Sin ella nada de esto habría sido posible.
Sonando: Across The Borderline de Tom Russell
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