viernes, febrero 22, 2019

Walter Salas-Humara - Walterio


Walter Salas-Humara es de esos artistas que me gusta que me gusten. Ya sea al frente de The Silos o en solitario, reconozco haber hecho un esfuerzo, que a veces no hago con otros, para entrar en sus discos y, sobre todo, en su universo. Su último trabajo responde al título de Walterio, que no es más que la traducción hispana de su nombre. Y es que cabe no olvidar que el tipo tiene origen cubano, aunque pasara buena parte de su infancia en Florida. Soy de los que piensa, además, que su fichaje por Blue Rose, en 2001, le hizo mucho bien. Firmar por una compañía dedicada básicamente a la música de raíces norteamericana hizo que centrara su propuesta, y que sus discos tuvieran más coherencia. Lejos de los tiempos en que Rolling Stone lo consideró el mejor artista novel de country alternativo, mediados los ochenta, Walter empezó a lograr una madurez artística que convirtió cada uno de uno trabajaos en obras completas que trascendían lo musical. Y ahí, probablemente es altamente influyente su carrera también como artista visual. En Walterio no hay grandes cambios de rumbo, nada que nos sorprenda especialmente. Quizá, porque Salas-Humara nos tiene acostumbrados a hacer buenos discos, y este es otro más. Además, como es también habitual, no reniega del sonido Silos y lo introduce en piezas como «Here We Go» o «Out Of The Band» Y también incluye sus habituales guiños a la lengua de sus ancestros en «Hecho en Galicia» o «El Camino de Oro». Eso sí, no consiguió entrar en ninguna lista de lo mejor del año pasado. Ni siquiera en la mía. Cosas de ser un eterno perdedor.

Sonando: She’s a Caveman de Walter Salas-Humara

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